miércoles, 13 de agosto de 2008

SOBRE LA FELICIDAD PRIMERA

Para hablar de la felicidad, es necesario hablar en plural, digamos felicidades. Decir que sólo hay una es como quien dice "tomarse el mar en un buche de agua". Entonces, trataré de ordenar estas felicidades en orden de aparición, primero lo primero.

Antes de comenzar hago la aclaración de que las felicidades no son vasos llenos o felicidades completas, lo que en ningún momento altera su constitución básica, que es, a mi punto de vista lo que las hace "felices" esto es, la posibilidad.

Ahora bien, la primera felicidad incompleta es el abrir los ojos cada día, podría ser en la pijama favorita con la almohada heredada de la infancia o podría ser en una cama king size con sábanas satinadas, lo mismo abrazando dicha almohada o ese delicioso amanecer "cuchareado" por aquello de la postura y la compañía. 

De cualquier modo el punto es despertar. 

Casi nunca pensamos en que la fuerza necesaria para separar los párpados y dejar que el día entre poco a poco a nuestra conciencia es un fuerza trascendental. Es ahí mismo donde ocurre el primer milagro del día. Despertar con aire en los pulmones, lagañas en los ojos y esperanzas en el corazón.

Esta sensación de vivir en el acontecimiento eminente, crea una feliz angustia donde la posibilidad es ka página en blanco donde todo puede ocurrir.

Es esta mi primer felicidad incompleta.


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