jueves, 18 de febrero de 2010

INTENSO

En la mirada, firme la lanza del deseo
Entre labios, el calor de un silencio
Ansias desnudas libran candados
Fantasías evocadas acuden a galope 
 
La aceptación discreta es la gota
Que supera las compuertas
Los suspiros se ahogan

La ropa no es frontera
Cuando el ímpetu arrebata
Y los labios se hinchan
En mordidas o besos

El salado néctar del deseo
Resbala en perlas dibujando dedos y pezones
Caricias que se alcanzan
Abrazos que encajan el alma al vacío

El espasmo inicia en la retina
Estrella que sube en la memoria
Como un fuego que incendia las arterias
Las veredas de la sangre, el río de fuego

Entonces

El volcán
               La magia
                               y nosotros

DESOLACIÓN

Para estar solo no debe quedar nada
Hay que abandonar hasta las sombras
Ahuyentarlas. Dejarlas que mueran
Que se coman entre ellas como buitres

No hay  pasajes lindos
Ni candor
Ni luz

El silencio dice ruidos que no queremos saber
Nostalgias que no queremos tener
Amores que no debimos vivir
Ilusiones que no quisimos matar

El orgullo inquisidor triunfa
Los trofeos son cráneos de soñadores

Los amorosos, héroes perpetuos
Pero sólo héroes que murieron en el frente
El amor es la muerte honrosa de un samurai caído
La sangre derramada en romántico harakiri

Las canciones se elevan, los rituales comienzan
El amor es un claro de bosque devastado 
Suelo tapizado de promesas
Hojas secas, ríos secos, besos secos

El grito punzante de esperanza empaladas

Sólo quedan almas... que se quedan solas