viernes, 22 de agosto de 2008

CAMINATAS POSIBLES 1

La noche me invitó a caminar pues la lluvia justo acababa de irse. 

No encontrando motivos para despreciar la invitación, me coloqué los tenis, esos que "corren bien recio",  amarré las agujetas y caminé. 

Divertido difuminaba mi imagen salpicando olas en los charcos, practicaba mi caminata extrema en un imaginario precipicio en la orilla de unas bancas e imaginaba que bajar escaleras era como cambiar de dimensiones a cada escalón, cuando escuche algo que convirtió mi caminata en un viaje mucho más lejano que el par de calles que había dejado atrás. 

Puntos de sonido dispersos en el espacio juegan a formar constelaciones, el humo baila transformando la seducción en bocanadas, multitud y pies con ritmo.

La lluvia parece que se fue, pero creo que más bien las gotas son ahora acordes de teclado, el trueno es la tarola acariciada antes del remate metálico de la baqueta, pero el más atrevido es el sax, quien hipnotiza al espíritu dejando funos y flautas en el corazón desnudo de la audiencia, silenciosos voyeurs que desde la primera fila presenciamos la dulce derrota del silencio ante el orgulloso triunfo de un divertido contrabajo  que en su bum bum bi di bam bum bum nos toma como rehenes sumisos y obedientes respondemos al ritmo que marca la banda.

Hoy no volveré a casa, el jazz ha ganado. Ya no necesito caminar, ahora bailo, alguien se ha enamorado y la lluvia justo acaba de irse.

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